El bótox o toxina botulínica es un compuesto farmacológico basado en la acción de la neurotoxina derivada de la bacteria Clostridium Botulinum o toxina botulínica tipo A purificada. Esta molécula actúa bloqueando el neurotransmisor que lleva el impulso nervioso hasta el músculo, inhibiendo la contracción excesiva de los músculos faciales, responsables de las arrugas secundarias de la mímica facial, sin producir cambios radicales ni lesiones en las estructuras nerviosas.
El procedimiento es muy sencillo, ya que consiste en infiltraciones con una aguja muy fina en unos puntos predeterminados de la región facial. Al paralizarse suavemente los músculos, se produce un borrado de las arrugas que dura aproximadamente 6-8 meses (efecto reversible).
El tratamiento con bótox o toxina botulínica se ha aplicado en el tercio superior facial para corregir las arrugas de expresión que se producen en zonas como entrecejo, patas de gallo o arrugas horizontales de la frente. Con el paso del tiempo, la aplicación del bótox ha evolucionado de forma que se emplea para mejorar y embellecer la mirada de forma integral, tratando otros músculos faciales complementarios como los que producen una elevación o arqueamiento de las cejas.
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